¡Qué emoción! No hay nada más divertido y tierno que un cachorrete. Habéis decidido ampliar la familia y estáis entusiasmados… pero, un momento, este pequeñín necesita adaptarse, apenas hace un momento jugaba con mamá y sus hermanitos y ahora… ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son estos que me achuchan?
Hay varias pautas que deberíamos respetar para que la bienvenida sea una experiencia fantástica.
En este articulo nos vamos a dirigir al mundo canino -sin duda dedicaremos otro muy completo a nuestros amados felinos-.
Las pautas que os voy a dar dependen de la edad del cachorro. Y vamos a suponer que este pequeño ha tenido la suerte de ser amamantado lo máximo posible, ya que no sólo nutricionalmente es lo más correcto, también esa primera etapa -imprinting- con su madre y hermanos es esencial en lo que se refiere a la socialización futura con el entorno y su equilibrio mental.
Para que la llegada sea en armonía, lo ideal es que ya tengáis preparada su camita, “su lugar”, agua limpia y fresca a disposición, no molestarlo en sus horas de sueño, y que no lo estimuléis en exceso; respetemos sus tiempos.
La alimentación como ya sabéis es muy importante. Mantendremos unos días la misma comida a la que él estaba acostumbrado; si queréis modificarla, ésta debe ser introducida gradualmente a lo largo de una semana; si habéis decidido alimentar con pienso tiene que ser adaptado a su edad, raza, tamaño y actividad. La comida fresca o casera puede ser otra opción, pero es muy importante respetar los porcentajes de nutrientes y aportar las cantidades de vitaminas y minerales necesarios en cada periodo de crecimiento. Huid de los consejos del vecino y acercaros a un profesional para que os asesore correctamente.
Otro reto que este pequeñajo deberá afrontar será su primera visita al veterinario. En ella se realiza una exploración muy minuciosa donde se valora el estado de salud en general, se descartan posibles enfermedades congénitas y es cuando vosotros podéis aprovechar para preguntar todas las dudas que tengáis.
Dependiendo del centro veterinario que hayáis elegido tendrán diferentes protocolos de desparasitación y vacunales, seguramente todos ellos igual de válidos.
Las vacunas el primer año de vida necesitan de dobles dosis a distancia de algunas semanas, en el caso de los perros las enfermedades para las que existen vacunas son:
Parvovirosis: enfermedad que provoca gastroenteritis hemorrágicas, y puede resultar fatal.
Moquillo: enfermedad vírica con tres cuadros sintomáticos: digestivo, respiratorio y nervioso.
Hepatitis vírica: adenovirus con síntomas digestivos, letargia y fiebre
Leptospirosis: esta enfermedad es causada por una bacteria y puede ser transmitida al hombre. Da problemas renales y hepáticos
Rabia: Es la que más repercusión tiene y en la mayoría de los países es obligatoria ya que es muy peligrosa para el ser humano, se transmite a través del mordisco del animal enfermo.
Existen otras vacunas disponibles como la de coronavirus, tos de las perreras o leishmania pero el veterinario valorará cada caso en particular y decidirá los beneficios/costes de aplicarlas.
Y no nos olvidemos del microchip, este identificativo se coloca por protocolo de manera subcutánea en el lado izquierdo del cuello, es obligatoria su implantación, y es una manera de protegerlos ante pérdidas, robos o abandonos.
Con el tema del pipí y la caca lo voy a simplificar en tres palabras: PACIENCIA, HORARIOS Y PREMIOS, si esto no funciona es que no estamos respetando algunas de estas variables.
Sé que todavía queda mucho de qué hablar y hay un montón de preguntas que os haréis. Estas son solo unas generalidades que os doy y espero que a modo de resumen os hayan servido de ayuda.
Una última recomendación, y esto no lo hago sólo desde el punto de vista de la veterinaria que soy, cuando se toma la decisión de incluir en nuestra vida un animal, es un ejercicio de una GRAN RESPONSABILIDAD, y esto implica que el vínculo que se crea entre vosotros es para siempre; así que AMAD, CUIDAD Y SOBRE TODO ¡DIVERTÍOS!
Fdo: Beatriz Nieto Rodríguez
El blog FEROZ 